EL COSTO DE SER UNA MARIONETA DEL IMPERIO
PINOCHO EN LA ONU
RENAN VEGA CANTOR
” Todas las lavanderías del mundo juntas no podrán lavarle la cara a su presidente (de Colombia), Iván Duque, que se atrevió a mentir a la Asamblea General de la ONU, faltando el respeto a la institucionalidad internacional y a los pueblos representados allí”. Delcy Rodriguez, Vicepresidenta de Venezuela.
Son célebres algunas de las metidas de pata de los presidentes colombianos a nivel internacional. Es bueno recordar algunas de ellas. En 1964, cuando Charles de Gaulle estaba en visita oficial en el Palacio de San Carlos, Guillermo León Valencia terminó su discurso de bienvenida gritando “Viva España”. En 1979, en Paris Julio César Turbay Ayala adquirió triste celebridad por haber respondido a la pregunta de un periodista respecto a la existencia de presos políticos en nuestro país con esta charada: “En Colombia, el único preso político soy yo”. La respuesta fue de antología, puesto que en ese momento las cárceles estaban repletas de jóvenes, sometidos además a terribles torturas, luego de la expropiación de armas por parte del M-19 en el Cantón Norte en la última noche de 1978. En los primeros días de marzo de 2008, tras el aleve ataque a un campamento de las Farc en territorio ecuatoriano, Álvaro Uribe Vélez profirió un rosario de mentiras, que fueron cayendo una tras otra: que la acción había sido en territorio colombiano, que para hacerla se había pedido autorización al presidente Rafael Correa, que el bombardeo se había desde hecho desde Colombia y las tropas agresoras no habían entrado al país vecino…. Ahora, hemos tenido un hecho que incluye el cinismo, la estupidez y la estulticia de los sucesos anteriores, a los que se suman nuevos ingredientes de un descaro sin par, que vale la pena considerar en forma sucinta, porque se refieren al ingreso de Pinocho a la Asamblea General de la ONU.
LA LUMPENIZACION DE LA ONU
Es difícil encontrar reunidos en tan poco tiempo y en un mismo auditorio tanta ignorancia y estupidez juntas como lo que se ha visto en la Asamblea General de la ONU de este año. Los discursos de Jair Bolsonaro (Brasil), Donald Trump (Estados Unidos) e Iván Duque (Colombia) marcan un hito en la diplomacia mundial difícil de superar. Es como si hubiéramos regresado a la época colonial, cuando el amo imperial (Trump) grita, insulta y amenaza al resto del mundo como si todos fueran sus lacayos, a partir de un visceral anti-comunismo y promete arrasar y destruir sus dominios, si alguien se opone en su camino; y de otro lado, los vasallos, los sirvientes, listos y a discreción para repetir los dictados del amo, arrastrándose de una manera abyecta y repugnante .
Bolsonaro y Duque (y en menor medida Macri y otros) dejan un miserable testimonio de lo que pueden hacer las marionetas amaestradas, compitiendo entre sí, para tratar de demostrar cual es el más servil y se lleva las palmas como el cipayo preferido del imperio. Por las cosas que se vieron y escucharon en la Asamblea General de la ONU queda en evidencia la descomposición de la diplomacia y sus formas, que están siendo sustituidas por el gansterismo y el matoneo que exhiben impúdicos y orondos personajes cuyo cretinismo es un atentado contra la inteligencia humana. Al escuchar lo que dijeron los personajes mencionados puede concluirse que ya es un hecho la lumpenización de la ONU, puesto que a la Asamblea General ya no van estadistas sino matones de barrio que contaminan el ambiente con sus ocurrencias, plenas de odio, racismo, machismo, xenofobia, anti-comunismo e ignorancia criminal.
LA ESCENIFICACIÓN DE PINOCHO
“Las mentiras, hijo mío, se reconocen en seguida porque suelen ser de dos clases: hay mentiras que tienen las piernas cortas, y mentiras que tienen la nariz larga. La tuya, por lo que veo, es de las que tienen la nariz larga”. Carlo Collodi, Las aventuras de Pinocho
Si creíamos que ya habíamos visto todo, a raíz de los improperios y mentiras de Bolsonaro, Trump y Macri, sin lugar a dudas el premio mayor de la estupidez y la infamia de la Asamblea General de la ONU de este año se lo llevo el subpresidente de Colombia, Iván Duque. Éste, actuando como mensajero de quinta categoría de Donald Trump y de los halcones de Washington en su campaña genocida contra el pueblo venezolano, anunció con bombos y platillos que traía las pruebas irrefutables de la alianza entre los grupos insurgentes de Colombia y el gobierno de Nicolás Maduro. Anunció que presentaba un riguroso dossier de 128 páginas, elaborado por la “inteligencia” (mejor sería decir brutalidad) de las fuerzas armadas de Colombia, donde con datos precisos, concretos e indiscutibles quedaba demostrado de una vez por todas la responsabilidad del gobierno venezolano, y con lo cual se justificaba en forma definitiva, luego de tan contundentes pruebas, las acciones emprendidas por los delincuentes de la “Comunidad Internacional” para derrocar al gobierno bolivariano de Venezuela, mediante el bombardeo directo del territorio venezolano por parte de Estados Unidos y sus corifeos de la Pandilla de Lima y de ese esperpento redivivo del peor anticomunismo de la década de 1950 que se denomina el TIAR.
Dando muestras palpables que su nivel de cultura general no se reduce al conocimiento al dedillo de Blanca Nieves y los Siete Enanitos (como lo demostró en esa célebre y envidiable pieza oratoria en la sede de la Unesco en París en 2018), ahora Duque ha confirmado que su pieza literaria preferida, que conoce como la palma de su mano, es la de Las Aventuras de Pinocho. No solamente la conoce sino que las aplica con poca imaginación, como quedó comprobado en Nueva York. Como en la fábula del parto de los montes, Duque dijo que iba a hacer una gran denuncia y resultó pariendo un inofensivo ratoncillo, eso sí con una inmensa nariz, como la de Pinocho cada vez que dice una mentira; tan grande es dicha nariz que ya no cabe en la sede de las Naciones Unidas.
Entre las pruebas irrefutables del subpresidente se encuentran varias fotografías (hasta el momento de redactar estas líneas se habla de cuatro que son fraudulentas) que no corresponden ni al lugar ni a los acontecimientos que se describen en el informe. La primera, que fue descubierta luego de que Duque cometiera la torpeza de difundirla por su cuenta de twitter, es una fotografía tomada en el Departamento de Cauca (Colombia), y fue presentada como si hubiera sido registrada en el Estado de Táchira (Venezuela). Lo interesante es que el medio informativo que develo el engaño no es ningún pasquín castro-chavistra, que actúa con la intención de rebajar la preclara inteligencia de Duque. No, fue un periódico conservador y uribista, El Colombiano, de Medellín para más señas.
La segunda fotografía corresponde a una supuesta masacre en el Estado de Bolívar (Venezuela), pero que fue tomada en la región colombiana de El Catatumbo en 2018. Para darse cuenta de la magnitud de la falsificación de Duque, presentada ante la Asamblea de la ONU en Nueva York, en su cuenta de Twiter difundió esta pinochada de marca mayor: “Masacre en Estado Bolívar, por enfrentamiento entre miembros de GAO-ELN y grupos de Pranes que delinquen en el sector. Octubre 2018”1. Falsedades a granel en pocas líneas, puesto que en la foto no hay indicio de ninguna masacre, no fue tomada en Venezuela y ni siquiera la fecha es exacta. Es decir, el subpresidente no acertó ni en la fecha, como lo corrobora el autor de la 3 imagen, Luis Robayo, quien ha indicado: “Esta foto la tomé el 20 de septiembre de 2018 en un viaje que hice a la región del Catatumbo para hacer un reportaje”2. Después y con el vano propósito de hacer “control de daños”, y antes de que se empezaran a señalar todas las falsedades del informe de Duque ante la ONU, desde el propio Ministerio de Defensa se vieron obligados a reconocer las falsificaciones, cuando uno de sus voceros se comunicó con la Agencia AFP para excusarse y anticiparse a declarar que en el Dossier habían otras dos fotos falsas (una del Choco y otra en el Guaviare), que se atribuyen a supuestos hechos ocurridos en Venezuela. Al respecto, El Tiempo comenta: “Por si fuera poco, AFP preguntó a dicho ministerio: ¿Por qué había fotos de su propiedad en el dossier si además el ministerio no está dentro de sus abonados para haberlas recibido legalmente? El Ministerio les reconoció que las habían bajado de internet”3.
Puede constatarse, la manera tan seria y profesional como actúa el Estado colombiano a la hora de adjuntar pruebas de un asunto tan trascendental, como el de atizar una guerra contra otro Estado, con fotografías bajadas de Internet, sin ningún rigor ni cuidado. Como siempre se actúa así en Colombia, es decir, con falsos positivos (militares, mediáticos, judiciales…) se supone que con la misma impunidad eso se puede hacer un falso positivo en el plano internacional, en el recinto de las Naciones Unidas, engañando y mintiendo con premeditación y alevosía ante el mundo entero.
LAS ARGUCIAS DE PINOCHO Y SUS AMIGOS
No se crea que las mentiras solamente las propala el subpresidente en la ONU, porque acá en Colombia se han escuchado y leído unos intentos sofísticos, verdaderos malabares lingüísticos, para tratar de hacer creíbles las mentiras, con lo cual sus autores se hunden más en el fango de la infamia.
El mismo Duque, con la brillantez que lo caracteriza, ha dicho cosas de antología. Cuando las fotos, esas sí verdaderas de Juan Guaidó con sus rastrojos, dijo que no importaba si la foto era cierta o no, lo que contaba es que ese guarimbero es un “titán de la democracia”; ahora, ha dicho sobre la foto del Cauca: “¿Por qué la foto está ahí? Es una foto de contexto. Y el dossier tiene fotografías de contexto y fotos propias de la inteligencia colombiana”4. ¿Qué es eso de una foto de contexto, si la misma viene acompañada con el pie de foto que dice: “Penetración del ELN en escuelas rurales del Estado Táchira con fines de adoctrinamiento Abril 2018”? 5 Aparte de la sapiencia geográfica y espacial que supone confundir El Cauca con El Tachira (que tal el subpresidente dirigiendo un enfrentamiento militar), ¿Duque es capaz de distinguir lo que es texto y lo que es contexto? ¿Es qué Duque sabe lo que quiere decir contexto? ¿Alguna vez ha escuchado la célebre afirmación de la lingüística de que no existe texto sin contexto? ¿Es que acaso cosas tan sofisticadas las enseñan en garajes universitarios de ricos, como la Universidad Sergio Arboleda, en donde se “educó Duque”? Recordemos que los textos que se usan (en este caso los que hacen alusión a Venezuela, con acusaciones directas) no pueden ser extraídos del contexto colombiano en que se han producido, y eso justamente es lo que se hace en el informe, absolutamente manipulado, que presentó Duque, porque sencillamente son contextos diferentes.
Para completar el descaro, Duque, como cuando el rey está desnudo, ha dicho con respecto a las fotos, que eso no es importante, son simples detalles, porque “no nos vayamos por las ramas en la discusión: las denuncias no son de ahora, son denuncias que se han venido presentando a lo largo del tiempo y que han mostrado la connivencia de esa dictadura con grupos terroristas en su territorio”6. Como quien dice, presentar pruebas falsas no es importante, es algo accesorio. No nos extrañe que por argumentos tan serios, Duque pueda decir que si por las fotos con los Rastrojos Guaidó es un Titán de la Democracia, por las fotos falsas de Venezuela él es un genio de la estrategia.
Otros funcionarios del alto gobierno han seguido diciendo estupideces que hacen más ostensible su cinismo, tal como el canciller Carlos Holmes Trujillo, uno de los más furibundos guerreristas contra Venezuela, quien ha dicho: “Se trata apenas de un asunto de diseño y reconocimiento de créditos en los pies de foto” 7. Que tal la argucia de colegial de primero de primaria, no es que se mienta, calumnie y falsifique sino que es un asunto de diseño y descuido al no reconocer los créditos, cuando lo que se dice en los pies de foto son embustes y falsedades. No nos crean tan caídos del zarzo al decir que es una cuestión de diseño hacer pasar una foto de unos sucesos del Cauca, como si hubieran acontecido en el Táchira. El que si tiene un problema de diseñe mental es el canciller, agravado por su profundo carácter proimperialista y uribista.
Y esa otra luminaria que es la vicepresidenta de la Republica, Marta Lucia Ramírez, dijo en Twiter: “El informe que presentó presidente @IvanDuque ante Naciones Unidas tiene plena validez y recoge pruebas y evidencias irrefutables contra el régimen de Maduro – dictador vinculado a criminales internacionales. Las críticas que pueda haber sobre una fotografía no lo invalidan” 8. O sea, que el asunto no es de mentir ni de hacer pasar gato por liebre, sin que el hecho de utilizar una fotografía premeditadamente espuria, no desmiente el argumento mentiroso que se esconde en el informe.
¡Qué altura moral e intelectual y que sapiencia destilan los miembros del alto gobierno de Colombia! Como no podía faltar, el dueño del circo (Estados Unidos) habló luego de que los payasos dijeron todo tipo de estupideces. En efecto, un comunicado de la Embajada de Estados Unidos en Colombia afirmó: “Estados Unidos respalda plenamente las conclusiones compartidas por el presidente Duque en la Asamblea General de las Naciones Unidas que denuncian al ya sancionado régimen de Maduro por su continuo apoyo a los grupos criminales y narcoterroristas en territorio venezolano”9.
Como no las va a apoyar, si en gran medida la información del dossier presentado en la ONU, lleva el inconfundible sello Made in USA. Claro, es notoria la autoridad moral de los Estados Unidos en estas lides, puesto que ellos son los campeones de la mentira y del engaño, sobresaliendo las pruebas falsas que el Secretario Colin Powell presentó ante el Consejo de Seguridad de la ONU en el 2002, para justificar la guerra criminal contra Irak, que ha dejado más de un millón de muertos. Y eso es lo que quiere que se repita en Venezuela, y por eso respaldan a su títere más servil e inepto, como es el subpresidente de Colombia, para que sirva de testaferro que provoca una confrontación por órdenes directas de sus amos imperiales. Y por supuesto, este títere y su entorno contrainsurgente quieren que Estados Unidos agreda militarmente a Venezuela y hacen hasta lo imposible para provocarlo, tal como mentir y calumniar sin recato alguno.
Las Fuerzas Armadas no se han quedado atrás en su intento por defender sus brillantes informes de inteligencia (¡que inteligencia, por favor!) sobre Venezuela cuando el Comandante General de las Fuerzas Militares, Luis Fernando Navarro, ha dicho que las fotos solamente pretendían ilustrar y eran de referencia. Lo de ilustrar es muy gracioso, porque se esgrimen contra Venezuela, pero se dice que solo pretendían ilustrar (refiriéndose a un grupo insurgente) “las acciones de esta organización delincuencial contra la sociedad civil”. El comandante de las Fuerzas Militares agregó que una de las fotografías fue llevada “como referencia y no como prueba”10. Se pretende arreglar la mentira con argucias, y denominar ahora al engaño y la falsificación con los elegantes nombres de ilustración o referencia. De todo se da en el país que alguna vez presumió ser de gramáticos y prosistas, aunque los militares no es que se distingan precisamente por su sapiencia, como se demuestra con la misma afirmación del general Navarro en el sentido de que él no sabía cuál era el origen de la foto, pero que eso finalmente no importa porque “esa foto es una verdad independientemente de donde haya sido tomada. Es de (sic) lo que hace el ELN con nuestros niños, bien sean venezolanos o colombianos”11. Qué bien, nos enteremos que se arma un dossier fraudulento para enlodar en el seno de la ONU a un país vecino, pero las fotos falsas que allí se usan no tenían ese fin, sino ilustrar asuntos generales. Pero, además, eso fue algo que nunca se mencionó cuando el subpresidente presentó el informe en la ONU.
Y para completar, después de haber incurrido en tremendo fiasco, el Ejército da a conocer supuestas nuevas pruebas, ahora si creíbles, y esa revista guerrerista que es Semana las presenta con el título “Autoridades revelan pruebas reales de la presencia del ELN en Venezuela”. Claramente, se está reconociendo, que las presentadas en la ONU fueron falsas e inventadas. Al parecer, a los redactores de Semana los traicionó el sub-consciente, pues reconocen que las anteriores, la del dossier de marras, sí eran falsas. Se podrían seguir señalando las estupideces que circulan por estos días en Colombia, en los periódicos y las emisoras, tratando de justificar lo injustificable, que es finalmente escalar la guerra sucia contra Venezuela, e incluso hacerla llegar al terreno abiertamente militar. Pero ya el mal está hecho, ya nada podrá borrar la infamia y la bajeza exhibida en la Asamblea General de la ONU por el subpresidente colombiano, cuyas mentiras han hecho quedar a Pinocho en pañales. Esos son los costos de ser un títere de pacotilla de Washington. La patraña de baja estofa del subpresidente colombiano en Nueva York perdurara en los anales de la estupidez colombiana; estupidez, acompañada de torpeza e ignorancia, esculpida con ribetes traquetos, como se expresa en la legitimación de Los Rastrojos y su nueva cabecilla, Juan Guaidó.
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