RAFAEL UZCATEGUI, 70 AÑOS VIVIDOS INTENSAMENTE!
1965 o 1966 allá en mi amada Ciudad Bolívar, llega un impetuoso joven al que nos presentaron como "Gustavo", así simplemente "Gustavo" seudonimo con que lo conocí y jamás me enteré de su verdadero nombre sino muchos años despues cuando en una espectacular fuga del Cuartel San Carlos, el estaba en ese grupo de presos políticos que escaparon hacia la libertad y en la prensa reseñaron su nombre, era el "negro" Rafael Uzcateguí. Hablar de su pasado como guerrillero heroíco, de su valentía ante la tortura de los organismos represivos de la cuarta república, de sus acciones como brigadista internacional, de sus éxitos como enlace de algunos movimientos guerrilleros internacionales, de sus relaciones con partidos de vanguardia en latinoamérica o como secretario general de un partido que ha sido la gran pasión de su vida, me refiero al PPT partido que a mi entender no se le ha dado la importancia que tiene este partido que cala hondo en el seno de las masas tanto como partido de cuadros, como aglutinador de una gran cantidad de militantes revolucionarios en el seno de la sociedad venezolana.
Quiero referirme al Rafael amigo que llega a Guayana con tamaña responsabilidad a sus 18 años a encargarse de la estuctura militar de las FALN de la zona del hierro encontrandose con gente aún mas joven si se quiere imberbes de catorce y quince años y por supuesto al mando tambien de combatientes adultos que lo doblaban en edad, practicamente fue una gran responsabilidad que le asigna la dirección nacional del PCV y que el negro Uzcategui cumplió a cabalidad.
No solo la lucha política llama la atención de este revolucionario sino, la manera como nos trataba siendo sus subordinados, había en un tono de voz bajito y dulzón un trato tremendamente humano pero, que no debíamos confundir pues a la hora de ejercer el mando y la autoridad, con ese mismo tono sin subir un apíce el volumen de la voz, tu te dabas cuenta que te estaba reprendiendo con rigurosidad ante cualquier error o falla que hubieses cometido. Recuerdo de el negro quien ya a esa edad la barba era cerrada y en su pequeño equipaje traía un aparatíco para calentar el agua de afeitarse que jamás en mi vida lo ví en otro lado, era como una especie de un largo cable que se enchufaba y terminaba como en una lámina de metal en forma de espiral que se ponía al rojo vivo y calentaba el agua del recipiente que usaba para efectos de la rasurada y así evitaba la normal irritación que le producía la espesa barba.
Para entonces a mis 14 años ya trabajaba en Distribuidora Continental S. A., futuro Bloque DEARMAS ya captado para la Juventud Comunista, mis manos se dañaban por el manejo de una empaquetadora de alambre para libros y revistas el negro como si fuera mi padre me preguntó, "¡epa Manolíto que tienen en las manos!", le expliqué, calló la boca ibamos en una bicicleta 28 y yo lo llevaba en el palito, este vehículo lo usamos los dos muchas veces como transporte para tareas políticas, llegamos a nuestro destino nos separamos y una semana despues se apareció con unos guantes de seguridad que le pidió a un obrero en SIDOR en Puerto Ordaz a 100 kilometros de Ciudad Bolívar y donde el coordinaba clandestinamente las operaciones con la masa trabajadora, ese gesto jamás lo olvidé, Rafael Uzcategui a pesar de la rudeza y la peligrosidad de su militancia siempre tenía ese trato como de padre para los que afortunadamente militamos bajo su responsabilidad.
Todavía hoy recuerdo su explicación de como debíamos apreciar la música llanera, porque, el campesino tenía esa voz que a veces la confundíamos como de mujer, allí nos explicaba no se que cosa de la inmensidad del llano y el grito del llanero, explicación que te hacía detalladamente y como todas sus enseñanzas, siempre tenías la impresión de que hablabas con un educador.
Había en mi casa, sobre todo en mi madre, un gran afecto por Rafael y por Green, este último sembrado en Yumare por las hordas de López Sisco, mi vieja, militante republicana y comunista era muchas veces la última esperanza de estos dos jovenes a la hora de meterle a la papa, jamás los dejó sin una ración de algo que meterle al estómago, la solidaridad que mi madre sentía por estos dos hijos de la vida, siempre estaba a la orden, de allí nace ese amor filial por Rafael Uzcategui que dura hasta nuestros días, hoy pasan como una ráfaga por mi mente los intensos momentos de historía vivída con este combatiente de la libertad, con el cual milité politicamente pero más aún, ha sido un hermano de toda la vida, Feliz Cumpleaños eterno militante de la revolución!!!
Quiero referirme al Rafael amigo que llega a Guayana con tamaña responsabilidad a sus 18 años a encargarse de la estuctura militar de las FALN de la zona del hierro encontrandose con gente aún mas joven si se quiere imberbes de catorce y quince años y por supuesto al mando tambien de combatientes adultos que lo doblaban en edad, practicamente fue una gran responsabilidad que le asigna la dirección nacional del PCV y que el negro Uzcategui cumplió a cabalidad.
No solo la lucha política llama la atención de este revolucionario sino, la manera como nos trataba siendo sus subordinados, había en un tono de voz bajito y dulzón un trato tremendamente humano pero, que no debíamos confundir pues a la hora de ejercer el mando y la autoridad, con ese mismo tono sin subir un apíce el volumen de la voz, tu te dabas cuenta que te estaba reprendiendo con rigurosidad ante cualquier error o falla que hubieses cometido. Recuerdo de el negro quien ya a esa edad la barba era cerrada y en su pequeño equipaje traía un aparatíco para calentar el agua de afeitarse que jamás en mi vida lo ví en otro lado, era como una especie de un largo cable que se enchufaba y terminaba como en una lámina de metal en forma de espiral que se ponía al rojo vivo y calentaba el agua del recipiente que usaba para efectos de la rasurada y así evitaba la normal irritación que le producía la espesa barba.
Para entonces a mis 14 años ya trabajaba en Distribuidora Continental S. A., futuro Bloque DEARMAS ya captado para la Juventud Comunista, mis manos se dañaban por el manejo de una empaquetadora de alambre para libros y revistas el negro como si fuera mi padre me preguntó, "¡epa Manolíto que tienen en las manos!", le expliqué, calló la boca ibamos en una bicicleta 28 y yo lo llevaba en el palito, este vehículo lo usamos los dos muchas veces como transporte para tareas políticas, llegamos a nuestro destino nos separamos y una semana despues se apareció con unos guantes de seguridad que le pidió a un obrero en SIDOR en Puerto Ordaz a 100 kilometros de Ciudad Bolívar y donde el coordinaba clandestinamente las operaciones con la masa trabajadora, ese gesto jamás lo olvidé, Rafael Uzcategui a pesar de la rudeza y la peligrosidad de su militancia siempre tenía ese trato como de padre para los que afortunadamente militamos bajo su responsabilidad.
Todavía hoy recuerdo su explicación de como debíamos apreciar la música llanera, porque, el campesino tenía esa voz que a veces la confundíamos como de mujer, allí nos explicaba no se que cosa de la inmensidad del llano y el grito del llanero, explicación que te hacía detalladamente y como todas sus enseñanzas, siempre tenías la impresión de que hablabas con un educador.
Había en mi casa, sobre todo en mi madre, un gran afecto por Rafael y por Green, este último sembrado en Yumare por las hordas de López Sisco, mi vieja, militante republicana y comunista era muchas veces la última esperanza de estos dos jovenes a la hora de meterle a la papa, jamás los dejó sin una ración de algo que meterle al estómago, la solidaridad que mi madre sentía por estos dos hijos de la vida, siempre estaba a la orden, de allí nace ese amor filial por Rafael Uzcategui que dura hasta nuestros días, hoy pasan como una ráfaga por mi mente los intensos momentos de historía vivída con este combatiente de la libertad, con el cual milité politicamente pero más aún, ha sido un hermano de toda la vida, Feliz Cumpleaños eterno militante de la revolución!!!
Manolo Silva
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