Por: Juan Azócar
Quienes vivimos en el estado Sucre no tenemos dudas que el destino nos depara grandes posibilidades para que nuestra población mejore sus niveles de vida y se terminen de abrir para esta entidad los caminos de la prosperidad, postergados gobierno tras gobierno.
Termina este 2010 convencidos que un oleaje de descontento y escepticismo baña todo nuestro estado. Ya lo hemos dicho en otras oportunidades, gestiones locales que no están a la altura del compromiso que alguna vez se atrevió a lanzar el presidente Chávez de convertir a Sucre en el primer estado socialista de Venezuela. Tal anuncio, en el marco de la toma de posesión del gobernador de esta entidad animó esperanzas en un pueblo que no sale de ese pesado fardo que significa la frustración y el fracaso de gobiernos. El engaño de falsos profetas ha sido la constante, para que no dudemos si de verdad nos condena la tal “sombra de Berruecos”, mil veces señalada por nuestro recordado amigo el valiente obispo Monseñor Mariano José Parra León, a la hora de referirse a los fatales, corruptos, represivos e ineficaces gobiernos de la guanabana adeco-copeyana.
Bien, de tales condenas hay que sacudirse. Despojarse. Exigir como ciudadanos y como militantes de la Revolución Bolivariana la inminente necesidad de enderezar este entuerto y abrir espacios a quienes tienen la plena disposición, capacidad, ánimo, ganas y consistencia para ser consecuentes con quien desde el Palacio de Miraflores se empeña en confiar en los liderazgos regionales y locales.
Cuando hablamos del descontento que embarga a miles de ciudadanos sucrenses, apuntamos a la urgente necesidad de revisar lo que se está haciendo como gobierno. Y Chávez, en su condición de máximo líder de este proceso debe saber a ciencia cierta lo que en cada entidad sucede. Lo que se hace y se deja de hacer, porque al fin de cuentas los dardos apuntan hacia él y la Revolución Bolivariana.
Es una maldad iniciar el 2011 con las mismas prácticas y el mismo esquema pensamiento. Y aunque las transformaciones sociales no se dan de la noche a la mañana, es el momento para decidirse a cambiar. A ser diferentes y consecuentes con un Presidente que espera buenas noticias de los dirigentes regionales. Propicio el momento para ratificar nuestra confianza y compromiso con este proceso que cada día marca claro contraste con quienes se empeñan en hacernos volver a los esquemas y prácticas de un neoliberalismo que está llevando palo por todo el mundo. ¡Venceremos!
chapot339@hotmail.com
Quienes vivimos en el estado Sucre no tenemos dudas que el destino nos depara grandes posibilidades para que nuestra población mejore sus niveles de vida y se terminen de abrir para esta entidad los caminos de la prosperidad, postergados gobierno tras gobierno.
Termina este 2010 convencidos que un oleaje de descontento y escepticismo baña todo nuestro estado. Ya lo hemos dicho en otras oportunidades, gestiones locales que no están a la altura del compromiso que alguna vez se atrevió a lanzar el presidente Chávez de convertir a Sucre en el primer estado socialista de Venezuela. Tal anuncio, en el marco de la toma de posesión del gobernador de esta entidad animó esperanzas en un pueblo que no sale de ese pesado fardo que significa la frustración y el fracaso de gobiernos. El engaño de falsos profetas ha sido la constante, para que no dudemos si de verdad nos condena la tal “sombra de Berruecos”, mil veces señalada por nuestro recordado amigo el valiente obispo Monseñor Mariano José Parra León, a la hora de referirse a los fatales, corruptos, represivos e ineficaces gobiernos de la guanabana adeco-copeyana.
Bien, de tales condenas hay que sacudirse. Despojarse. Exigir como ciudadanos y como militantes de la Revolución Bolivariana la inminente necesidad de enderezar este entuerto y abrir espacios a quienes tienen la plena disposición, capacidad, ánimo, ganas y consistencia para ser consecuentes con quien desde el Palacio de Miraflores se empeña en confiar en los liderazgos regionales y locales.
Cuando hablamos del descontento que embarga a miles de ciudadanos sucrenses, apuntamos a la urgente necesidad de revisar lo que se está haciendo como gobierno. Y Chávez, en su condición de máximo líder de este proceso debe saber a ciencia cierta lo que en cada entidad sucede. Lo que se hace y se deja de hacer, porque al fin de cuentas los dardos apuntan hacia él y la Revolución Bolivariana.
Es una maldad iniciar el 2011 con las mismas prácticas y el mismo esquema pensamiento. Y aunque las transformaciones sociales no se dan de la noche a la mañana, es el momento para decidirse a cambiar. A ser diferentes y consecuentes con un Presidente que espera buenas noticias de los dirigentes regionales. Propicio el momento para ratificar nuestra confianza y compromiso con este proceso que cada día marca claro contraste con quienes se empeñan en hacernos volver a los esquemas y prácticas de un neoliberalismo que está llevando palo por todo el mundo. ¡Venceremos!
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