FEDERICO RUIZ TIRADO, (DIARIO VEA, ¿TRUMP Y SUS ALIADOS REANIMAN AL TÍTERE?)
La nueva cruzada de Trump con algunos de sus socios de la UE y otros satélites, que no ocultan sus muecas recolonizadoras, sino que por el contrario, no las disimulan, creando por ejemplo grotescos “relatos” épicos y caricaturescos, collages simbólicos, montajes burdos, intentaron reanimar la desgastada cuerda del decadente Juan Guaidó bajo la mascarada de un antiguo acto de la España antifranquista. Desde luego, para ello había que erosionar lo que siempre se ha conocido como la libertad de información, utilizando la maquinaria del control, en este caso mediático, de los sucesos políticos y sociales. Es difícil, sin embargo, la tarea de socavar la plenitud de estas esferas: Ya el mundo sabe a esta hora quién es quién y con quién va cada cual. Tras recibir 52 millones de dólares de la cartera de la Usaid para un tour “exploratorio” por Europa sobre la vigencia del experimento de Donald Trump sobre si Guaidó y su pandilla han logrado la tarea tarifada de mantener la inestabilidad política en Venezuela y sobre todo deslegitimar la constitucionalidad de Nicolás Maduro y el Gobierno Bolivariano, creando falsas matrices de opinión, forzosamente acompañadas de unas más cómicas que cínicas exhibiciones de montajes fotográficos, como aquella fofa imagen de Guaidó, Duque y un sicario de Los Rastrojos en las inmediaciones de la frontera colombo-venezolana, quizás con la descosida intención de anunciar una invasión a Venezuela tipo tráiler del cine de ese género, pero sin mayores efectos especiales; sí, en cambio, como ha sido costumbre por esta banda hamponil que ha saqueado activos de Venezuela en el ámbito económico internacional, con un altísimo presupuesto para el confort efímero de unos ladronzuelos, impostores y corruptos que han actuado como jauría contra Venezuela. Tal vez este sea el último intento de los tramoyistas de Trump. Ya Guaidó, puesto en evidencia hasta por sus antiguos y más recientes correligionarios, desde dentro y fuera de la Asamblea Nacional venezolana y hasta renombrados voceros del imperio, no podrá justificar su decadencia y fracaso y sobre todo el negocio redondo que moldeó con la camarilla siniestra del propio Trump, a quien hasta le hicieron creer que desde el gobierno de España, Guaidó llegaría a Venezuela, no como el títere oxidado y mudo que es, sino como el As de Copas, coronado y feliz.
YULEIDYS HERNÁNDEZ TOLEDO (DIARIO VEA, ¿SERÁ POSIBLE QUITARLE LA NACIONALIDAD A GUAIDÓ?
¿Existirá algún instrumento legal con el que se le pueda quitar la nacionalidad venezolana a Juan Guaidó?, ¿Será eso posible? De ser así, creo que los venezolanos y venezolanas de corazón, deberíamos unirnos para lograr esta acción. ¿Por qué debe perder su nacionalidad? Porque simple y sencillamente no parece hijo de la noble Venezuela, de un país que ha dado hombres tan valientes y grandes como Simón Bolívar, Francisco de Miranda, Antonio José de Sucre, Hugo Chávez Frías. Guaidó además de ser la nada, es un ser perverso y miserable que anda de “gira” por Europa pidiendo más sanciones y presiones contra el país. Es decir anda clamando para que el régimen estadounidense y sus aliados lacayos en el mundo, continúen asfixiando la economía venezolana, impidiendo que lleguen medicinas, alimentos y productos de primera necesidad al país. Solo un antivenezolano anda por el mundo pidiendo más sufrimiento para las mujeres, hombres, niños y niñas venezolanas. Lo mejor que puede hacer Guaidó, dado el odio que parece tener por Venezuela, es que lo metan preso por sus acciones golpistas, por sus pedidos de sanciones. También puede irse bien lejos y no volver jamás. Dinero seguramente no le faltará, pues aún sigue sin explicar que ha hecho con los miles de millones de dólares que le ha entregado la Usaid y los gringos para “su causa” de intentar desestabilizar Venezuela. Y ya qué hablamos de recursos, ¿quién o quienes estarán costeando los paseos del golpista por Europa? Venezuela no quiere hijos ni hijas tan despreciables como Guaidó, que solo generan odio, rencor, división, ruina. Venezuela desea hijos e hijas que luchen por ella, que la hagan productiva, fuerte en lo económico, en lo social, en lo político. Venezuela quiere hijos e hijas de bien.
CARLOS BATATÍN (DIARIO VEA, Y VIVA ESPAÑA…ESPAÑA ES LA MEJOR)
En España la guerra mediática no juega. Cuando hay que atacar a un “enemigo común” por intereses propios o sugeridos, los medios de comunicación de la madre patria se unen, y juntos a través de la radio, televisión, periódicos o cualesquiera otros panfletos, atacan silenciando la verdad que pretenden ocultarle al mundo. Allá, en la tierra de Federico García Lorca, nadie el 25 de enero se acercó a las inmediaciones de la sede del Ministerio de Relaciones Exteriores en Madrid, para alzar su voz contra la presencia del presidente invisible Juan Guaidó. Para los medios fue un día habitual de peatones cruzando de una esquina a otra. Los amigos y miembros de distintos movimientos y organizaciones sociales nunca expresaron su descontento a viva voz y con pancartas en contra de la visita non grata del citado personaje. Sin embargo, y de acuerdo con las reseñas de la prensa española, Guaidó se convirtió, frente a miles y miles de personas, en un verdadero líder con un discurso suelto, coherente, conmovedor, bien hilado y sobre todo convincente. De ser cierto todo eso, lo recomendable es que a su regreso a Venezuela se traiga a todos quienes acudieron a la Puerta del Sol, para que tenga quien lo escuche y lo aplauda. Leyendo los editoriales y cuentas de tuiter provenientes de España, uno queda convencido de que la gira turística, agitada, peligrosa y extenuante de Guaidó dio sus frutos en España, y aunque el “opositor pacifista y creyente del diálogo” no fue atendido por Pedro Sánchez, por lo menos recibió un fuerte abrazo de Antonio Ledezma y una vez más salió fotografiado al lado de la señora, de quien comentan que es “pavosa”. También se entrevistó con el expresidente del gobierno, José María Aznar, ejemplo a seguir por haberles mentido a sus connacionales, para justificar una guerra contra Irak, la cual era rechazada por más del 90 por ciento de la población. El personaje que este día nos ocupa, no fue para nada retórico durante su permanencia en España, lo cual le permitió hasta cambiarse el traje azul que le embarraron de torta, cuando su visita no fue bien recibida en Londres.
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