Indignación selectiva
Por Carola Chavez
Después de correr crecido, irrigado por las cloacas de ese club de perritos llamado Comunidad Internacional, que hoy, por cierto, si lo han visto no se acuerdan; ese río artificial que fue Guaidog vuelve a ser el charquito turbio que siempre fue: la nada.
De la comparsa de medios y agencias noticiosas que se dedicaron en cuerpo sin alma a fabricarle su imagen de presidente express, con fotos de filtros sepia de look histórico épico importante chic a un desconocido salido de la nada cuya mayor proeza había sido hasta entonces pelar las nalgas en una calle de Caracas… Esas agencia chispotean ahora artículos y reportajes que intentan explicar por qué ese fenómeno que ellos inflaron se desinfla recuperando su diminuto e insignificante tamañito natural. Se acabó Guaidog y su presidencia interina de comiquitas, ahora les queda la violencia.
Que el caos que traiga más muerte, plis: sanciones, bloqueos, sabotajes, sobornos, extorsión, golpes de pecho vacíos. Guarimbas que no despegan porque los encapuchados semi amateur se fueron demasiado, que manden paracos que habrán de sustituirlos. Asfixia, sufrimiento, exaltación de la descomposición que surge de las guerras. Guerra invisibilizada con una imposible acrobacia discursiva que pide a gritos sanciones que nos asfixien para culpar al gobierno de la asfixia. El mismo cinismo de “la última cola” que llevó al antichavismo a la AN en 2015. La falsa promesa de entonces, la falsa promesa de hoy. “cuando cese la usurpación”.
Ayer Lorent Saleh reía delirante imaginando un atentado bomba en una discoteca llena de muchachos de su edad -“¡Fuego, fuego, fuego!”- y todos los vimos, y todos lo vieron y ellos callaron y lo convirtieron en “preso político de la dictadura”, “defensor de derechos humanos”, y todos fueron Lorent, sin una pizca de vergüenza.
Hoy vuelve la muerte, “inversión a futuro“, según explicó el mismísimo presidente de utilería, ”50 o 60 ahí rapidito” dijo uno de sus terroristas hace unos días… Neutralizar al Uno y al Dos, mostrar las fotos de los cadáveres para impacto mundial, “se resistió al arresto”, matar a los líderes sociales, planificaban proféticos… lo vimos todos, salieron los videos y también todos escuchamos el silencio de los cómplices de siempre, de los indignados selectivos que enarbolan la muerte, el dolor ajeno como propio mientras se dan palmaditas en la espalda celebrando otra necrófila victoria.
Y llega la muerte, justo a tiempo, convenientemente, y el silencio se vuelve escándalo desgarrador, y sale el baboso de siempre a intentar convertir un hecho terrible en un asunto cotidiano y sistemático, planificado por el gobierno malvado que no se deja derrocar. Se retuercen de placer los vampiros hambrientos de sangre de tragedias que ellos abonan. Su impudicia les impide contener la sonrisa sádica, el brillo criminal en los ojos. Y el asco que produce su cinismo, su hipocresía; el espanto y la rabia que produce la tragedia masiva que planean desde siempre, nos une y nos atornilla en esta trinchera donde estamos, también desde siempre, defendiendo los derechos, la vida y paz de todos, hasta la de ellos mismos y la de los inconscientes que los aplauden.
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