QUE NO NOS ENGAÑEN... LA 2DA. GUERRA MUNDIAL ¡LA GANARON LOS RUSOS!...
Soldados de la URSS en Stalingrado, 10 de enero de 1943. Imagen: Georgij Zelma, Sputnik News.
Ayer se cumplieron 75 años de la derrota del ejército nazi en Stalingrado, la batalla que cambiarían para siempre el curso de la II Guerra Mundial. Stalingrado y, más ampliamente, el frente oriental fueron la tumba del III Reich, que hasta entonces se había dado un verdadero paseo militar por Europa occidental.
Sin embargo, la percepción generalizada hoy en día es que la victoria de los aliados se debió casi únicamente al poderío militar de Estados Unidos. Una reveladora encuesta realizada en Francia en tres momentos diferentes: 1945, 1994 y 2004, pone en evidencia el cambio de percepción de los franceses acerca de qué país fue el responsable último de la liberación de su país. Si recién terminada la contienda, el 57% de los franceses consideraban que la URSS fue el país que más contribuyó a la derrota nazi y sólo el 20% a EE.UU., en 2004 estos porcentajes se invirtieron. ¿Qué había cambiado en esos 60 años? ¡Bingo! Las películas de Hollywood.
La propaganda norteamericana ha sido tan eficaz que durante la segunda mitad del siglo XX hemos llegado a creer que Estados Unidos “ganó” la contienda. Aunque es innegable que la entrada de EE.UU. en la II Guerra Mundial (recordemos: en diciembre de 1941 tras el ataque japonés a Pearl Harbor) inclinó definitivamente la balanza hacia el bando de los aliados, vale la pena recordar un par de datos no demasiado conocidos:
1. La URSS fue, de lejos, el país que más sufrió durante la II Guerra Mundial, al menos en términos absolutos (en términos relativos fue Polonia la más castigada): 24 millones de combatientes y civiles rusos murieron durante la guerra, comparados con 450.000 ingleses y 420.000 estadounidenses.
2. El 93% de las bajas del ejército alemán se produjeron en el frente ruso.
3. En los seis meses que duró la batalla de Stalingrado murieron 2 millones de soldados y civiles, una cifra que iguala a los muertos de Francia, Gran Bretaña, Estados Unidos y Holanda durante toda la conflagración.
Los propios alemanes asumieron que el principio del fin del Reich empezó el día que Hitler cometió el monumental error estratégico de saltarse el pacto de no agresión firmado en 1939 con Stalin y atacar la URSS. Joachim von Ribbentrop, el ministro de exteriores de Hitler que dio nombre -junto a su homólogo Molotov– al citado pacto enumeró años después los tres principales motivos de la derrota de Alemania:
1. La inesperada resistencia de la Unión Soviética.
2. El suministro de armas y equipamiento a gran escala por parte de EE.UU. a la URSS.
3. El éxito de los aliados en el pulso por la supremacía aérea.
Y, sin embargo… Muchos siguen pensando que la Guerra Mundial se decidió en Normandía. Obviamente, el desembarco de Normandía fue la puntilla a la Wehrmacht, que se había desangrado durante cuatro eternos años en el frente oriental. La encuesta a la que hacía mención arriba tuvo su réplica en 2015 en otros países que sufrieron la contienda, con resultados análogos: Estados Unidos es casi siempre el ganador “moral” de la II Guerra Mundial, especialmente para los propios norteamericanos -como es lógico- pero también para los propios alemanes (37%), franceses, daneses y suecos. Sólo ingleses y noruegos atribuyen a ¡Inglaterra! el mayor peso en la derrota nazi.
A grandes rasgos, la llamada “Guerra Mundial” se luchó en un puñado de escenarios, mayoritariamente en Europa, concretamente en la franja que va desde Alemania Oriental hasta Moscú. Polonia -que perdió el 12% de sus habitantes durante la guerra- fue el terreno de juego donde rusos y alemanes resolvieron sus diferencias. En esta mapa -extraído de un vídeo de YouTube– se pueden apreciar los estragos del guerra en el oriente europeo:
Si la maquinaria de guerra estadounidense fue esencial para dar la puntilla a Hitler y los suyos, la máquina de propaganda de Hollywood consiguió otra proeza: convencer al mundo durante la Guerra Fría de que la derrota nazi fue cosa de EE.UU. con el apoyo de los amigos ingleses y la resistance francesa… y, bien, un puñado de rusos al otro lado de Berlín. Todos recordamos ‘El Día más largo’, ‘Salvad al soldado Ryan’, ‘Band of Brothers’ o ‘El puente sobre el río Kwai’, pero apenas nadie fuera del bloque soviético vio las películas soviéticas sobre la épica batalla de Stalingrado. De hecho, las dos películas más famosas sobre aquella batalla son alemana (‘Stalingrad’, 1993) y una coproducción “aliada” dirigida por un francés (‘Enemigo a las puertas’, 2001).
Steve McQueen, dando a los nazis para el pelo en ‘La gran evasión’.
En resumen y como me dijo en su día el recordado Daniel Wagman, un norteamericano disidente de la propaganda de su país: “Estados Unidos remató la II Guerra Mundial, pero la URSS puso los muertos”.
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Y de postre:
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