Encuentro
desde un pueblo revolucionario y libertario
Estamos dentro de una encrucijada muy
desoladora y difícil de tragar que aún así empieza a convertirse poco a poco en
un renacer del pueblo luchador y rebelde, pueblo que dio al traste con la
cuarta república e impulso la bases de una revolución popular, bolivariana, de
base, socialista. Muy poco a poco, demasiado lento quizás, y mucho mas allá de
cualquier chavismo administrado por arriba o por abajo, de manera inevitable la
rebelión vuelve a sentirse en la rabia colectiva. ¿Qué hacer, herman@s,
compañeros y comapñeras de todas las edades y lugares de un mismo pueblo?.
Una historia de quince años llena de
controversias y atada a la figura de Hugo Chávez por 14 años, ha traído
resultados, como era de esperar, muy contradictorios, desastrosos si lo vemos
en el campo moral y productivo; pero al mismo tiempo muy esperanzadores desde
el punto de vista de la conciencia social construida, hoy materializada en
iniciativas autogobernantes que se multiplican por todo el territorio.
Los enemigos han sido inmensos pero
muy mal determinados a la hora del impulso de las luchas. La primera etapa de
este proceso, abiertamente movilizadora e insurgente, efectivamente creó las
bases para que en esta tierra por primera vez se hable abiertamente de poder
popular, socialismo, autodeterminación, estrategia nuestramericana de los
pueblos, internacionalismo, justicia y una democracia autogobernante de las
mayorías. Se derrotó la vieja oligarquía, seguimos derrotándola en sus expresiones
más radicales, se construyó una nueva hegemonía clasista y libertaria, pero al
mismo tiempo un enemigo igualmente poderoso y burgués creció ante nuestras
espaldas convirtiéndose en una burocracia cada vez más autocrática y corrupta
que terminó degradando al punto de lo inaudito la dirección revolucionaria.
Su interés era y es acabar con la
revolución para llegar a como dé lugar a un sistema pactado con la burguesía
que reconozca la revolución como un pasado cristalizado, retórico, eclesial y
de culto a la personalidad desaparecida de Chávez, donde se le dé continuidad
únicamente a los instrumentos que le permitan seguir teniendo de rodillas a un
inmenso movimiento popular que administran según sus intereses. Es la
utilización de la renta ya no sólo como vehículo de enriquecimiento de una
clase social privilegiada sino como herramienta política de desmovilización,
cooptación e impedimento de la revolución popular, democrática y socialista,
que está en la raíz de todo este proceso.
Como libertarios y revolucionarios
todas estas jugadas y degradaciones no nos deberían traer mayor sorpresa. Todo
poder constituido, una vez que logra su estabilización hará todo lo posible por
reproducirse utilizando las herramientas de poder que tiene a la mano. En este
caso la renta petrolera, el atrapamiento partidista del movimiento popular, y
“el pueblo en armas” contra su propia revolución.
No ponemos la más mínima fe en estados
coloniales y capitalistas, derivados de todas las traiciones acumuladas contra
la rebelión igualitaria de las mayorías desde la independencia para acá. Pero
también hay que ser autocríticos y entender que ante la “opción de poder” que
aquí se dio desde el 199, la actividad fascista y conspiradora de la vieja
oligarquía, y el imperialismo yanky que creó las bases de la polarización
política, no supimos entendernos fuera de ella como una alternativa autónoma
que vaya mucho mas allá de gobiernos y líderes mesiánicos. O si lo hicimos no
pasó de ser un acto de conciencia individual o grupal crítico sin consecuencias
claras desde el punto de vista organizacional y práctico.
Un plano de organización de base que
pudo haber crecido sin alardes pero muy claro de que la revolución necesitará,
como ya es evidente, de un nuevo movimiento insurgente que quiebre la
contrarevolución que crecería dentro del propio estado y el pueblo que subsume
a su lógica.
Desde hace años, y a pesar del intento
hecho entre el 2003 y el 2007 de avanzar en ese sentido, el paso no ha podido
darse, diseminándonos en todo el país en colectivos y movimientos que juegan a
la sobrevivencia negociando su rebeldía con algún acuerdo beneficioso con lo
que es sólo una ilusión, o se mantendrán aislados y sin fuerza. Hechos como la
lucha Yukpa o el retroceso del control obrero, la misma formación del PSUV y la
legitimación del orden autocrático, nos hablan muy bien hasta qué punto una vez
que comienzan a desatarse las luchas emancipadoras más importantes (por la
tierra, por el control obrero y social, por la autodetermiancación de los pueblos)
, a la hora de dar la pelea, ellas no contaron ni cuentan con una vanguardia
colectiva capaz de enfrentar las consecuencias burocráticas y represivas que
nos iban a venir, como era natural. Por el contrario y como sabemos, muchas
veces quedándonos atrapados en la decisión última que pudiese tomar la fracción
de gobierno allegada o en última instancia el mismo Hugo Chávez, quien por
igual quedó atrapado y enfermo dentro del circulo contrarevolucionario que él
ayudó a crear a su alrededor.
La historia sin embargo sigue su curso
y es posible reabrir el ciclo revolucionario antes de que sea tarde, lo cual es
muy pronto por lo visto. Pero ya no es posible seguir con ilusiones absurdas.
La historia y mucho más las revoluciones que marcan los acontecimientos que la
obligan a transformarse, es tarea de los pueblos en lucha, de la única clase
productora que es la clase obrera consciente de ella misma y actuante en ese
sentido. La hacen ellos, generan otra política, jamás se ilusionan con las
bondades tácticas de un enemigo que es estructural: el Capital y el Estado, hoy
convertidos en un gigantesco poder global y asesino, como lo vienen probando.
Muchas cosas debemos discutir en ese
sentido. Mercado, economía, propiedad, precios, autogobierno posible, comunas y
control obrero hoy, metodologías de construcción de poder popular, defensa,
comunicaciones, educación libertaria. Pero lo más importante a nuestro parecer
y dada la crítica situación histórica en que nos encontramos, una vez que ha
hecho crisis total el modelo militar-burocrático-corporativo, que le permitió a
los mandos reaccionarios y antiéticos de gobierno convertirse en la nueva
burguesía, en el poder que son; es que nos encontramos ante una necesidad
política de organización común que incluso nos trasciende.
Bloques populares se forman y luego se
deshacen ante la incapacidad de dar el salto orgánico hacia lo que hemos
llamado un “tercer sujeto”, “otra política”. Las vanguardias no pasan de la
instancia critica, en algunos casos movilizadora y confrontativa en su espacio
concreto, pero no se atreven a pensarse, hacer, organizarse en función de un
nuevo salto revolucionario ya ineludible si pretendemos profundizar un proceso
que ya lleva 25 años, con las consecuencias buenas y malas que conocemos.
No hay que perder tiempo por lo
desastroso de la situación, tanto a nivel económico como político, pero al
mismo tiempo tampoco perdamos energías si el horizonte no lo aclaramos por
entero entre nosotros. La movilización, la lucha diaria, la crítica, la construcción
de nuevas experiencias liberadoras, la lucha hegemónica de las ideas, tiene que
derivar en un fin orgánico entre nosotros, de lo contrario será tiempo perdido.
Desde la Asamblea de Militantes de
Caracas proponemos un Encuentro entre nosotros, luchadores libertarios y
revolucionarios con ese fin principal, para el mes de Octubre, dando tiempo
para hacer propuestas y saber quiénes habremos de participar. El horizonte una
vez planteado en la organización del Movimiento 13 de Abril-PNA vuelve a estar
sobre el tapete pero esta vez con mucha más razón y necesidad, con nuevas
generaciones que no participaron de los orígenes de todo este transcurrir de
lucha pero que son las llamadas a liderizar el nuevo salto insurgente. La
historia nos aclara en ese sentido, la corriente histórico-social sigue
aprendiendo de sí, de sus luchas, de sus enemigos, de sus errores, de sus
nuevas caras, experiencias y planteamientos.
Tres puntos
de discusión proponemos:
1. Prioridades en la lucha de hoy, su
contexto, sus nuevas formas y métodos de resistencia, el reimpulso del poder
constituyente de base.
2. La política a plantear:
definitivamente los pasos para la construcción de nueva sociedad igualitaria,
el estado, la economía interna, su política frente al mundo aterrorizado por el
imperio y el mercado globalizado.
3. La organización a construir: su razón
de ser hoy, las decisiones inmediatas a tomar, sus etapas de consolidación.
¡¡Volvemos
por todos los caminos!!
¡¡Todo el
poder para el pueblo!!
Asamblea de Militantes de Caracas
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