sábado, 12 de diciembre de 2015

CULTURA Y FELICIDAD

LUIS BRITTO GARCÍA


Hace años escribí un cuento, “Ser”, que consiste en una lista de artículos de consumo pero que admite otra lectura como biografía de un consumidor. Cultura es el conjunto de prácticas y productos de una sociedad que no resultan directamente del instinto, sino de una creación novedosa. Somos lo que consumimos. Inventamos y compartimos invenciones. Somos nuestra cultura, y ésta es un compendio de bienes culturales asimilados. A partir de él podemos articular un aproximativo retrato de nuestra colectividad, y trazarlo  tomando apuntes del natural, vale decir, preguntando al pueblo  qué es  para él la cultura, cuáles de sus manifestaciones prefiere, a cuáles tiene acceso, cuáles practica y cuáles disfruta como mero espectador. Es lo que se propone la I Encuesta Nacional de Imaginarios y Consumo Cultural, realizada conjuntamente por el Ministerio de la Cultura y GIS XXI.


Tradiciones y música
De entrada, la visión popular sobre la cultura parece bastante conservadora.  Una mayoría del 20,1% de los encuestados la asimila a “tradiciones”, punto de vista que comparten  23,7% de los jóvenes entre 18 y 29 años. Parecen compartir el concepto restringido según el cual cultura sería sólo lo antiguo y quizá lo caduco. Afortunadamente, en sus interrogantes la Encuesta maneja un criterio más amplio. El concepto de “cultura” es asimilado a “Música” por un 11,6% de los encuestados,  a “Pinturas/Cuadros” sólo por un 8,9%, y a “Conocimiento” apenas por un 6,2%. Según estos resultados, pareceríamos un pueblo más auditivo que visual e intelectivo. Lo confirma el que un mayoritario 22,4% de los encuestados considera que “bailar” es la actividad que mejor representa el concepto de cultura, contra un 14,9% que la asimila a “Aprender” y un 12,5% que la identifica con “Pintar/Esculpir”. Que viva la música.

Caribeñismo e identidad
Pero,¿qué ritmos privilegia nuestro pueblo melómano? Una visión superficial lo representaría como enteramente penetrado por el rock y sus derivaciones. No: la salsa, música urbana del Caribe, es la segunda preferida en los estratos A, B y C, y la primera en los estrados C y D. El caribeñísimo merengue puntea también alto: es la cuarta preferencia en los estratos A,B y C, y la tercera en la D y E. El rubro “Baladas románticas/boleros/ canciones de siempre/ rancheras” puntúa tercero en los estratos A y B, primero en el C, tercero en los estratos D y E. El polémico regetón y el Vallenato están en los últimos rangos en todos los estratos, acompañados, ay, de la Música Clásica, que ni siquiera figura en las predilecciones de los D y E. No es el cuadro de un gusto alienado por ritmos foráneos. El rock y el jazz juntan consensos insignificantes. En lo que a los datos de la encuesta respecta, nuestro gusto musical es latino, o caribeño, como nosotros. La Encuesta también señala que, en una escala del 1 al 20, los venezolanos sentimos  que somos felices en un 16,6; más de ocho  décimas del total. Practicamos una cultura de la felicidad, quizá el bien más deseable del planeta. No dejemos que nos la arrebaten.




(TEXTO/FOTOS: LUIS BRITTO)

No hay comentarios:

  EL MUNDO CAMBIARÁ, EL CORONAVIRUS LO LOGRARÁ. Desde que el mundo es mundo, los imperios con sus monarquías y con apoyo de las religiones, ...