Condenado a prisión exjefe de la Policía panameña
El exdirector de la Policía panameña Gustavo Pérez, purgará cinco años de prisión por posesión ilícita de armas de fuego, mientras espera por la causa sobre el espionaje telefónico, donde supuestamente está involucrado, se informó hoy.
A Pérez, también exintegrante del Consejo de Seguridad Nacional (CSN), le ocuparon en su residencia y vehículo personal un arsenal que según el fallo del juez Oscar Carrasquilla, no cuenta con documentación a nombre del sancionado, quien dijo que eran regalos.
Este es solo uno de los múltiples casos contra antiguos funcionarios de alto perfil de la administración de Ricardo Martinelli (2009-2014), en los cuales investigan al exmandatario y 15 miembros de su gabinete presidencial, entre otros.
Entre los procesos judiciales a anteriores funcionarios de alto perfil, Pérez aparece junto a Alejandro Garuz, exsecretario del CSN, en un expediente en la justicia ordinaria por interceptaciones ilegales de comunicaciones privadas a opositores al gobierno del expresidente.
A su vez, por la condición de diputado al Parlamento Centroamericano, la Ley establece que Martinelli solo puede ser juzgado por la Corte Suprema de Justicia (CSJ), la cual convocó la audiencia de acusación para el 11 de diciembre, donde deberá estar presente el imputado.
Evidencias no reconocidas aún públicamente presentan a Isabella Stanziola como la mujer que dio el azimut para el avance de las investigaciones sobre espionaje telefónico en Panamá.
Gustavo Pérez es una persona desconfiada por su formación profesional y educación, pero alguna razón que desconozco le hizo confiar en mí y es así como me entero de que él fue a Israel a comprar unos equipos de escucha, expuso Stanziola en entrevista con Prensa Latina.
Sus declaraciones a las autoridades en el inicio de las pesquisas permitieron encontrar pruebas que inculpan a Pérez, pero lo que ella calificó de maniobra sucia, convirtieron la confesión en un escándalo con matices sentimentales.
El subsecretario de la Procuraduría, Carlos Díaz, a nombre de su institución me pidió que ofreciera una entrevista al canal local Telemetro, como testigo protegida y accedí a la misma con planos que me mostraron de espaldas, porque lo importante era el testimonio, explicó.
Gustavo se percató quién yo era y reveló públicamente mi identidad, pero lejos de protegerme, la Procuraduría tomó distancia y permitió el escándalo donde me tildaron de “despechada” y destruyeron la validez de mi testimonio, a lo que se sumó el entonces embajador de Israel en Panamá, Alexander Galilee, quien negó la compra, dijo.
En el expediente obran múltiples pruebas que confirman las declaraciones de Stanziola, incluidos los documentos de la compra de los equipos de espionaje, los cuales desaparecieron junto a Ronny Rodríguez y William Pittí, al parecer ejecutores directos de la operación encubierta, y reclamados por la justicia panameña.
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