EL CARACAZO Y LA GUERRA ECONOMICA
¿DOS
CARAS DE LA MISMA MONEDA?
Roger
Capella Mateo
Se
iniciaba 1989, recién había ganado las elecciones Carlos Andrés Pérez. La
presión del Banco Mundial y del Fondo Monetario Internacional e incluso de los fatuos
dirigentes de Fedecamaras (que no comprendían que el neoliberalismo se trataba
de imponer en el Estado), lo llevan (sin mucho esfuerzo) a aceptar sus
lineamientos y, el 16 de febrero, un CAP robotizado, debilitado en su
apoteósico liderazgo que forjó en la llamada Venezuela Saudita, pronuncia un discurso
el 16 de Febrero de 1989 en el que anuncia un "paquete de medidas",
que él mismo calificó de dolorosas pero necesarias.
Fondomonetarismo
y despliegue mediático
Llorando y vistiendo al muerto, reza el decir popular.
Diez días después, el lunes 26, el precio de la gasolina y como consecuencia el
pasaje del transporte de los valles del Tuy, sufren un incremento que dio
origen al inicio de las protestas populares en Caracas. Simultáneamente, se produce
un severo desabastecimiento de los productos básicos de la dieta del
venezolano. Anaqueles vacíos. Acaparamiento. Síntomas de malestar ineqívocos,
el cual se expesa popular en un gigantesco movimiento espontaneo que toma las
calles y comienzan los saqueos masivos, de las bodegas, de los negocios, donde
los productos esperaban el aumento o liberación de precios. Los días 27 y 28 de
ese mes conmueven a Venezuela y desde Caracas
comienza el despliegue mediático ante la opinión mundial, mostrando la forma brutal como "controlan" al
pueblo movilizado. Miles de muertos en dos días. Imágenes espeluznantes se ven e
historias de terror sacudieron nuestras conciencias. Es comienzo del fin de la
llamada “democracia representativa” fundada de acuerdo al Pacto de Punto Fijo.
Llegó el Paquetazo
No sabíamos nada de la teoría del shok o capitalismo
del desastre, que es como suele imponerse el neoliberalismo en el mundo (puede
leerse en el libro de Naomi Klein, periodista Canadiense, nada Chavista, quien
lo explica muy bien).
Después de la masacre de Caracas, bajo el clima de
terror que se generó, CAP aplica el paquetazo, con una pequeña oposición
parlamentaria y alguna discreta protesta popular.
Liberación de precios de los productos de consumo, de
tarifas, privatizaciones, devaluación de la moneda, quiebra de numerosas
empresas de todo tamaño, que no pudieron modernizar sus obsoletas maquinarias y
ser "productivas y competitivas", otras como Unilever, que huyó a
Colombia donde podía pagar menos salarios y evitar sindicatos incomodos.
La pobreza y el desempleo crecieron, inflación,
desnutrición. El pueblo pagó un alto precio social y económico. Por ende,
político, si bien estas circunstancias actuaron como catalizadores de la
insurgencia del recordado 4 de Febrero de 1992.
Quiero resaltar que los actores políticos responsables
de esos terribles hechos que humillaron nuestra Patria, pagaron el costo de sus
errores con comodidad, ya que todos deberían estar presos todavía, pero solo
fueron desplazados políticamente.
Ahora, le guerra no convencional
Pero las caras de los grupos o figuras económicas que
fueron las que realmente se beneficiaron de ese infierno, nadie las visibilizó.
Que curioso.
No quiero enumerar la secuencia de hechos que ha
sufrido Venezuela y su gobierno Bolivariano en estos últimos 18 años. La guerra
no convencional o de cuarta generación o golpes suaves, como quieran llamarle,
han sido una condición que hemos debido remontar con no pocas dificultades.
Me quiero referir a lo que denominamos guerra
económica, que la oposición de manera cínica califica de crisis económica,
coincidiendo con una izquierda académica, pequeño burguesa, que Álvaro García
Linera creo la califica como vanguardia espiritual de la izquierda
abdicacionista, ignorando olímpicamente toda la monstruosa conspiración que el
imperio norteamericano ejerce, entre muchas cosas, contra nuestra economía.
El asedio que ha sufrido Venezuela hace unos 4
años, desabasteciendo los comercios de infinidad de productos, de manera
ensayada y programada, acompañada de una campaña mediática de terror, no tiene
antecedentes. Comenzaron por el papel tualé hasta llegar a todos los productos
de la dieta y uso frecuente de los venezolanos, de sus productos higiénicos,
materiales de construcción, los más variados repuestos, etc. Ensayaron muchas
formas de producir escases o sensación de escases, como la eliminación de los
envases pequeños y medianos, o peor, promover una distorsión de los canales de
distribución. Así lograban que la supervisión de las plantas industriales resultara
impecable, porque estaban produciendo, pero los camioneros que no son realmente
empleados de las empresas, sino independientes les dieron "libertad de
acción", con lo que aumentaban sus ganancias, corrompiéndose, y entregando
cantidades menores a lo acostumbrado a los comercios en los productos
regulados, generando otro nivel de corrupción que fue los bachaqueros, para
revenderlo bien caro a la gente. Muchas han sido las situaciones difíciles que
ha vivido el pueblo venezolano, el escenario de batalla es su cotidianidad.
Incluso han desaparecido numerosos medicamentos.
Guarimba y narco terrorismo
Súmele a toda esta desgracia, la guarimba del 2014,
con 43 muertos, más de 800 heridos y destrozos a bienes públicos y privados,
cuantiosos. Y ahora, en estas últimas dos semanas la guarimba desarrollada por
el narco terrorismo, y el monstruoso intervencionismo internacional, todo
dirigido a propiciar una intervención internacional que destruya los logros que
ha alcanzado el pueblo con la Revolución Chavista y se entierre la soberanía y
nuestra Patria amada.
Al igual que en el 89, hemos sufrido el embate de
quienes promueven la guerra económica, monetaria, mediática. Al igual que
nuestro pueblo el gobierno que dirige el camarada Nicolás Maduro, ha resistido
y resiste. Es decir, son victorias populares y políticas de nuestro gobierno. Creo
que puede reconocerse que se ha producido una liberación de precios. Vas a los
mercados y encuentras todo o casi todo, pero a precios notablemente elevados.
Comprendo la dificultad de este y cualquier gobierno en desarrollar una
política de precios concertados y justos en plena guerra. Los precios de los
productos continúa siendo una debilidad. Pero sin duda es un triunfo
inconmensurable lograr la condición democrática, la libertad, garantizar todos
los planes sociales, elevar la inversión social al 73% de nuestro presupuesto,
y defender con la firmeza heredada de nuestros libertadores y nuestro
comandante eterno, Hugo Chávez, la Soberanía y la Patria.
Como en el 89, la
cara de los que se han beneficiado de la liberación de precios y la guerra económica,
está invisibilizada.
A diferencia del 89, Pueblo y Gobierno resisten
heroicamente al embate del imperio gringo y del narcoterrorismo criollo.
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