Cumbre sobre Cambio Climático: América Latina pone acento en los pobres
El presidente Barack Obama (de espaldas) habla con Rafael Correa, cuando posaban para la foto oficial de la COP-21, en París, ayer. – Foto: AFP
La cumbre del clima de París se abrió ayer entre discursos y llamamientos a la acción de más de 150 líderes mundiales, que deberán traducirse, al cabo de dos semanas de negociación, en un acuerdo universal para frenar el cambio climático.
Las fuertes medidas de seguridad en torno a la sede de la cumbre en el antiguo aeródromo de Le Bourget, en la periferia de París, precedieron a una batería de alocuciones en las que nadie ahorró adjetivos para catalogar la importancia de la cita, más conocida como COP21.
“Nunca antes el mundo había afrontado un desafío tan grande”, proclamó el presidente francés y anfitrión de la cumbre, François Hollande.
En su estela, los mandatarios de las mayores –y más contaminantes– potencias económicas del mundo como el estadounidense Barack Obama y el chino Xi Jinping urgieron a todos los países a sumarse a las medidas destinadas a limitar el calentamiento global a dos grados centígrados en 2100.
Los líderes latinoamericanos pusieron énfasis en la ayuda que necesitarán los países en vías de desarrollo para lograr los objetivos previstos en la cumbre del clima de París (COP21), al tiempo que hicieron hincapié en la necesidad de lograr un acuerdo ambicioso y vinculante.
Una veintena de presidentes procedentes de América Latina participaron en la apertura de la cumbre que pretende buscar un pacto que sustituya al Protocolo de Kioto de 1997 y concluirá el 11 de diciembre.
Pero reducir las emisiones de gases contaminantes para limitar el calentamiento climático debe ir acompañado de ayudas para que no suponga un freno al desarrollo de los países más pobres, indicaron los líderes latinos.
“Hay un sentimiento de urgencia y tenemos que dar muestras de liderazgo. Nuestra acción será útil, si es colectiva”, aseguró la presidenta brasileña, Dilma Rousseff, que señaló que el acuerdo de París debe “contribuir al desarrollo mundial” e ir asociado “a la erradicación de la pobreza y el fomento de un empleo decente”.
Como el resto de sus homólogos, Rousseff pidió que sea “jurídicamente vinculante” y no suponga “sólo la suma de las contribuciones de cada uno”, sino que abra “una nueva vía para comprometernos en la lucha contra el cambio climático”.
“Las diferencias entre los diferentes países no deben minar nuestros objetivos. Los países desarrollados tienen que buscar otras fuentes energéticas y el acuerdo debe conducir a una convergencia que una las contribuciones de todos”, dijo.
El presidente de México, Enrique Peña Nieto, aseguró que el “nuevo régimen climático” no debe frenar el desarrollo económico.
“Asumamos el reto, seamos la generación que tomó las decisiones necesarias para consolidar el desarrollo sostenible”, apuntó.
El peruano Ollanta Humala, el primer líder extranjero en dirigirse al plenario en su condición de anterior anfitrión de la COP, advirtió de que el mundo “no puede permitirse un fracaso en París” tras el de Copenhague de 2009, cuando no se logró un acuerdo para sustituir a Kioto.
Para el presidente de Perú, el acuerdo parisino debe ser “operativo” y contener “compromisos firmes” para “hacer más transparentes y previsibles” los objetivos.
Sin olvidar, dijo Humala, que hay que tener en cuenta “la financiación de la transición climática” para los países en vías de desarrollo y “el traspaso de energía”.
Para el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, “detener el cambio climático es el mayor reto de la humanidad en toda su historia” y su país estará en mejores condiciones de afrontarlo cuando acabe su conflicto armado, porque las guerrillas “se convertirán en aliadas” en ese combate.
“Colombia está plenamente comprometida, pero no aceptaremos cualquier tipo de acuerdo”, dijo Santos, que abogó por un pacto dinámico y con verificaciones “dinámicas”, que permita que “este planeta sea por muchos milenios la casa de la raza humana”.
La presidenta chilena, Michelle Bachelet, pidió que no se olviden “los océanos” en la negociación, al tiempo que reclamó que se aborde también con la perspectiva de género, porque “las mujeres son víctimas” del cambio climático, “pero también son solución”.
Casi 190 países han suscrito los objetivos nacionales (INDC, por sus siglas en inglés), aunque éstos son voluntarios y su cumplimiento no es jurídicamente vinculante.
Por eso, el día de la inauguración de la COP21 estuvo regado ante todo de buenas intenciones y bellas palabras, aunque no de anuncios sorprendentes.
Contra el capitalismo
Los presidentes de Bolivia, Evo Morales, y Ecuador, Rafael Correa, responsabilizaron al capitalismo de los actuales problemas del planeta, por lo que coincidieron en señalar que son las economías más desarrolladas quienes más tienen que contribuir a la solución.
Para hacerlo, propusieron la creación de “una Corte Internacional de Justicia Ambiental para proteger los derechos de la naturaleza”, que Correa anunció y Morales respaldó.
“Nada justifica que tengamos tribunales para proteger inversiones, para pagar deudas financieras, pero no para proteger a la naturaleza y obligar a pagar las deudas ambientales”, aseguró Correa, que culpó de esto a “la perversa lógica de privatizar los beneficios y socializar las pérdidas”.
“La ‘madre Tierra’ está acercándose al crepúsculo de su ciclo vital, cuya causa estructural corresponde al sistema capitalista”, que ha desarrollado “una fuerza arrolladora y destructiva en nombre de la libertad de mercado, de la libre competencia y de los derechos humanos”, dijo por su parte Morales.
El presidente boliviano apeló “a las potencias capitalistas a que cesen la irreversible destrucción del planeta” y las acusó de “producir a escala infinita bienes de consumo descartables que hoy están destrozando la naturaleza, degradando el trabajo, produciendo guerras de conquista y destruyendo la convivencia”.
El Papa Francisco: “Estamos al borde del suicidio”
El Papa Francisco afirmó ayer que el calentamiento climático pone al mundo “al borde del suicidio” y que la comunidad internacional reunida en la cumbre de París debe lograr un acuerdo “ahora o nunca”.
“No estoy seguro (del resultado de la cumbre COP21), pero lo que puedo decir, es que es ahora o nunca” que se debe actuar ante el cambio climático, declaró el pontífice a los periodistas que lo acompañaban en el avión papal rumbo a Roma tras su gira en África.
Desde la conferencia de Kioto en 1997, “poco ha sido cumplido” y “cada año, los problemas son más graves”, mientras todo parece indicar “que estamos al borde del suicidio”, insistió el pontífice argentino.
“La casi totalidad de quienes están en París quieren hacer algo. Tengo confianza en que lo harán, tienen buena voluntad y rezo por ello”, dijo.
Francisco se ha comprometido mucho en la lucha contra el cambio climático. En la primavera (boreal) pasada, consagró una importante encíclica en la que subrayó que la degradación climática provoca la de la vida de los más pobres, al producir contaminación, catástrofes naturales, enfermedades, guerras y migraciones.
Para remediarlo, el papa Francisco aboga por una forma de desacelerar el crecimiento (económico) y una revolución energética, abandonando por completo las de origen fósil.
En varias ocasiones ha reclamado que la COP21 desemboque en un acuerdo que obligue a los países más ricos a ayudar técnica y financieramente a los más pobres para poder concretar esta revolución ecológica.
La Santa Sede estuvo representada en la inauguración de la COP21 por el cardenal Pietro Parolin, número dos del Vaticano, quien abandonó la delegación pontificia en África para viajar a París.
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