sábado, 21 de marzo de 2015

Néstor Francia / 

Análisis de Entorno: El diálogo es la posición de Venezuela y de América Latina toda

- Ramonet y las sanciones

- Contra la Revolución, la única esperanza del fascismo es la intervención

- Revolución inexpugnable

- El destino de América señalado por los libertadores

- Asqueroso editorial de El Nacional

- El supuesto fracaso de Venezuela en la OEA

- Delcy Rodríguez: una intervención brillante

- El diálogo es la posición de Venezuela y de América Latina toda

- El Nacional habla a su escaso público de galería

- Algún día tendrán que pagar por su ignominia

- Fanfarroneando con las elecciones

- ¿Ha ganado la oposición una sola elección en Venezuela?

- Opositores democráticos u opositores fascistas ¿qué nos conviene?

- Sincera apuesta por la paz

- Ni sectarismo ni soberbia

Es muy interesante la opinión vertida por Ignacio Ramonet de que la postura de Estados Unidos de declarar una amenaza ante la situación en Venezuela, podría crear las condiciones para una acción aventurera de la oposición en nuestro país. Ramonet dijo, coincidiendo con lo que hemos señalado desde un principio en nuestros Análisis, en torno al tema de las sanciones, que es muy improbable que la acción del Imperio suponga una eventual intervención militar inmediata en Venezuela. Sencillamente, todo demuestra que no están dadas las condiciones políticas para eso. Pero Ramonet afirmó que “… de lo que no cabe duda es que con esta presión están creando el caldo de cultivo interior para que una serie de aventureros o irresponsable se digan: si hacemos lo irreparable, los Estados Unidos nos apoyarán”. En realidad, la derecha fascista siempre ha incluido en sus planes una eventual intervención del imperialismo en Venezuela. Saben muy bien que, contra la Revolución, esa es su única esperanza de salir adelante. Internamente, la fuerza de la Revolución es inexpugnable. Y no hablamos de elecciones (ya se han perdido varias, una nacional y unas cuantas locales, de manera que no es verdad que la oposición solo ha ganado una sola elección y pensamos que ni siquiera es conveniente andar diciendo eso. De esto también hablaremos al final de este Análisis) Desde el punto de vista estratégico, la Revolución en Venezuela llegó para quedarse, no importa si por alguna circunstancia se pierde alguna elección. La Revolución venezolana no es un movimiento electoral, sino un evento histórico que ya no puede ser extirpado por las fuerzas apátridas, pero sí podemos vernos inmersos en una guerra larga y cruel por la intervención del imperialismo. Pero a la larga, así sea después de un siglo de sangre, sudor y lágrimas de toda América Latina, también los derrotaríamos. Ese es el destino de América, ya proclamado por los libertadores que forjaron nuestra independencia.
En todo este contexto es repugnante, indignante, el editorial de hoy del diario fascista El Nacional, que expresa sin tapujos lo que es la posición de la mayoría de la oposición venezolana, por lo que a los editores de este asqueroso pasquín habría que agradecerles su sinceridad. Con un toque de alegría, el editorial proclama en su titular un supuesto “Fracaso en la OEA” refiriéndose a la sesión del organismo realizada ayer. Por supuesto, sus argumentos son forjados y no tienen nada que ver con la realidad. Pero lo importante para ellos es jugar para los intereses del Imperio, tratar de desmoralizar a los patriotas venezolanos y de envalentonar a quienes aquí sueñan con la situación planteada por Ignacio Ramonet. Su plan es el mismo que adelanta Estados Unidos o, mejor dicho, ellos son parte importante de ese plan.
Según la fantasía sediciosa de El Nacional, “Como era de esperarse, Venezuela y su histriónica canciller salieron con los platos rotos en la cabeza de la reunión extraordinaria de la Organización de Estados Americanos. A estas alturas, los cancilleres están muy amolados y no comulgaron con ruedas de molino, y mucho menos con una fantasía inventada desde Cuba para que Venezuela no quedara tan mal ante el cúmulo de evidencias que Estados Unidos ha acumulado sobre las profundas implicaciones que tiene el gobierno en las actividades de narcotráfico desde nuestro territorio”.
La verdad es que la intervención de Delcy Rodríguez fue brillante e inobjetable. Por supuesto, no podía esperarse de esa reunión de la OEA alguna resolución del tipo de las que han producido la Unasur o la ALBA, ya que estando presente la delegación de Estados Unidos, la atención de los países allí representados se centró en seguir promoviendo el diálogo entre los dos países, lo que es la posición expresa de Venezuela, la Unasur y la ALBA. Pero para El Nacional esa fue supuestamente la señal de un fracaso: “Como bien lo trasmitieron ayer las agencias internacionales de noticias, la ‘mayoría de los Estados miembros de la OEA llamó a un diálogo entre Estados Unidos y Venezuela’. Fue un verdadero fracaso para Delcy Rodríguez pues la sesión extraordinaria del Consejo Permanente de la OEA, convocada para escuchar a la canciller venezolana, no resultó en ninguna declaración formal del organismo”. Ni la reunión se convocó exclusivamente para “escuchar a la canciller venezolana” ni el llamado es un fracaso de Venezuela. Es más bien el triunfo de una posición inteligente, de alto vuelo político, que viene expresando nuestro país y la mayoría de los países latinoamericanos. Pero El Nacional solo habla a su público de galería, la exigua minoría fascista y pro yanqui que consume su basura cotidiana. Algún día tendrán que responder ante la Patria por su entreguismo y su ignominia.
Para cerrar la semana, nos referiremos a lo que señalábamos arriba ¿Es conveniente andar fanfarroneado todo el tiempo en el sentido que de 19 elecciones hemos ganado 18? Para empezar, como hemos dicho, eso no es verdad. Tal cosa solo se refiere a las elecciones presidenciales y a los referendos. Pero como quiera que en Venezuela ha habido también muy numerosas elecciones locales y regionales, centenares de ellas, la verdad es que la oposición ha ganado unas cuantas, algunas de ellas muy importantes. Por supuesto, es cierto que el chavismo ha ganado claramente la mayoría de esos comicios, pero lo que queremos significar es que la oposición ha ganado también algunas, no pocas. De hecho, aunque en las más recientes elecciones de gobernadores no le fue nada bien, en algunos momentos de los últimos quince años ha detentado el poder en gobernaciones de especial importancia, como Zulia, Carabobo, Miranda, Lara, Táchira, Mérida, Bolívar, Monagas, Nueva Esparta y la Alcaldía Mayor de Caracas. Esto sin contar todas las alcaldías en las que ha triunfado. En la ciudad capital ejercen el gobierno en cuatro de los cinco municipios (Sucre, Chacao, El Hatillo y Baruta).
Vayamos al fondo de nuestro planteamiento. A nosotros nos conviene que los ciudadanos opositores valoren los procesos electorales y tengan esperanza en ellos. Esto contribuye a la paz y al fortalecimiento de nuestra democracia revolucionaria. También implica riesgos, pero tenemos el deber de asumirlos, si en realidad somos defensores de la Constitución Bolivariana. Si los ciudadanos opositores llegan a perder la fe en el  sistema electoral, estarían tentados a respaldar las aventuras que ahora no apoyan, según todos los estudios de opinión. Y lo paradójico sería que, a decir verdad, ninguna de las aventuras radicales ha significado victoria para los opositores. Todas han terminado favoreciendo al chavismo, aunque solo de manera relativa. Nos han atornillado más en el poder, es verdad, pero también han connotado dolor para el pueblo, freno al desarrollo de los planes revolucionarios y han proveído argumentos para los ataques internacionales contra la Revolución. Nuestra apuesta por la paz tiene que ser sincera. No ayudemos con sectarismo y soberbia a quienes quieren empujar a Venezuela por los caminos de la violencia.

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