¿Qué hago con ese trapero rojo?
Por: Carlos Luna
Desde que el Comandante anunció que es hasta sospechoso eso de andar de camisa roja tengo la preocupación de que hacer con tanto trapo rojo que tengo en casa.
Imagínense que tenía lista para estrenarme una guayabera de esas que están de moda, por supuesto roja, que ahora con ese anuncio del Comandante me pone en tres y dos. Continuar con esta práctica, casi contrarrevolucionaria según anuncio del Comandante, o posponer el estreno, regalo de la cuaima, hasta que al hombre se le ocurra cualquier otra vaina y calarme el reclamo de mi mujer, por mi desconsideración hacia ella.
Hablando de ésta, bastante que me ha venido reclamando siempre porque si yo no veo otra vaina que ese canal 8 y que si yo no me canso de siempre estar oyendo a Chávez diciendo siempre lo mismo. A veces pienso que la mejor decisión que ha tomado Chávez en su vida es quedarse sin mujer, porque la verdad es que esas si joden.
Lo único que apuesto es que mi mujer no se entere de este anuncio del Comandante, porque ahí si es verdad que me caería encima: ¡Viste! después de tanta vaina con todo ese trapero rojo, a ver qué haces ahora, vamos a ver como carajo vas a salir a la calle si no tienes nada que no sea rojo. Y pare usted de contar de cuánto me echará en cara la devoción revolucionaria que despertó el propio Comandante en mi por el rojo desde el propio añ0 92 cuando apareció con su por ahora y su boina roja.
L a verdad es que nunca he tenido vocación de comunista pero mi Comandante me enseñó a querer el rojo como los cristianos adoptaron la cruz. Tendré que leer al tal Nietzsche ese a ver que tenía ese carajo contra el rojo, porque pienso que sería de ahí donde el Comandante sacó esa vaina que ahora los revolucionarios debemos andar de cualquier color menos de rojo.
Imagino que ahora a las marchas iremos todos de franelas blancas, no en recordación de las romerías adecas, sino apelando al blanco como símbolo universal de la paz. Bueno esperaremos a ver que se le ocurre al Comandante al respecto y mientras tanto apuesto a que mi mujer ni se entere de ésta proscripción del rojo por parte del Comandante, mientras me deshago de tanto trapo rojo.
carloslunarvelo@hotmail.com
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